¿Por qué funcionan las terapias alternativas? 2a parte


En nuestro 1er. Blog de ¿por qué funcionan las terapias alternativas?, mencionamos la contribución desde la antigüedad de los pensamientos a través oraciones, mantras, plegarias, invocaciones o reflexiones. Sin saberlo tanto sacerdotes, médicos, curanderos y demás han utilizado los movimientos de las partículas infinitesimales del pensamiento, para mejorar nuestro presente y futuro.
El movimiento de dichas partículas cae en el terreno de la física, particularmente dentro de la Física Cuántica.
La Física Cuántica inició su desarrollo a principios del siglo anterior con Max Planck, quien realizando estudios sobre la luz, descubrió que se mueve como un conjunto de partículas, de “cuantos” de luz. Einstein también estuvo de acuerdo y por sus descubrimientos que revolucionaron a la física de ese tiempo, ambos recibieron el premio nobel en diferentes años. Seguramente ambos científicos no tuvieron idea de hasta dónde podrían llegar esos descubrimientos, miles de invenciones han surgido con base a sus descubrimientos.

Pues bien, actualmente se dice que todo es energía, y esa energía se encuentra vibrando, o sea que todo es vibración, los sonidos, los colores, y hasta los pensamientos contienen frecuencias de energía. Las células también vibran y tienen sus frecuencias de energía.
Los Rayos X, los Gamma y el mismo Láser, tienen su propia frecuencia, así como las ondas de radios cortas y largas, también el horno de microondas.

En fin todo es energía, todo vibra y tiene su propia frecuencia, cuando esa frecuencia se altera, la información que se emite o se recibe, no es la adecuada y ocasiona desviaciones.
Bajémoslo al cuerpo humano: conformado por células y DNA, emiten cierta frecuencia y vibración, si se altera esa frecuencia la célula tendrá información errónea que transmite o recibe, esto la puede altera así como a las células vecinas, (si éstas no son capaces de seguir vibrando en la frecuencia adecuada).

Ahora ya se puede entender la razón de que los pensamientos inciden en el funcionamiento de nuestras células: si les hablas con la frecuencia adecuada, las células responden, si les hablas con una frecuencia alterada para ellas, también te van a responder.
